viernes, 7 de agosto de 2009

MI TÍO NICASIO

El otro día me volví a acordar de mi TÍO NICASIO.
Aunque de origen segoviano era más castizo que un boquerón en vinagre bailando un chotis.
Trabajaba de mecánico, tenía un pequeño negocio en el que arreglaba ruedas de motos, era el taller más cutre, destartalado y cochambroso que haya visto jamás, pero funcionaba y le permitía vivir más que bien. Aún recuerdo ese botijo que presidía el taller, dedicado al teniente coronel de guardia civil, coronado con su tricornio y con un pitorro acorde a la virilidad que se le suponía al benemérito.
La primera imagen de mi tío que me viene a la cabeza era SU coche, y subrayo lo de "su" porque yo sólo le conocí ése. Se trataba de un AUSTIN VICTORIA de color rojo chillón, su aspecto deportivo (el del coche, no el de mi tío que era, más bien, un tirillas) hacía que fuera el elegido de los primos, cansados de los módelos típicos como el R8 de Muñoz, el 1430 del tío Toni o el R12 del tío Ángel.
Casado con la tía Petri, no tuvo hijos, de ahí que nosotros (y sobre todo, mi hermano Juanjo y yo por ser chamberileros como él) fuéramos esos sobrinos que el diablo dicen que da.
Ya de adolescente, se convirtió en mi mecenas de ocio. De camino a la zona de Moncloa donde uno empezaba a ponerse a gustito de cerveza, hacía una parada estratégica en su taller, charlábamos, tomábamos unos quintos y me financiaba un mini de cerveza, que en la época suponía tener la graduación del personaje del botijo. A sus amigos (recuerdo a El Persianas) me presentaba de la siguiente manera : "éste es el Chato pequeño, el rey de los minis".
Aquella propinilla no creáis que era algo informal, ¡no!. Era un impuesto añadido que cobraba a los clientes que venían los viernes por la tarde a retirar sus ruedas.
Recuerdo que una tarde de uno de esos viernes y al ir mi tío a cobrar a uno de esos clientes, le dice : "Vamos a ver... son 1.ooo pesetas, más 300 del chato para que se beba un mini, total..." ; el hombre salío del taller bastante mosqueado, pero dejó en el umbral de la puerta su parecer : "¡La rueda vale... pero que tenga que pagarle el mini de cerveza a la mierda del niño...!".
Falleció ya hace años, y he querido hacerle un homenaje en este blog.
B&B
PD 1.- Un beso tío. Aquí, en Chamberí, el Rey de los Minis te echa de menos!!!
PD 2.- Estoy seguro que a Merche la llamaría "la chata pequeña".