jueves, 24 de diciembre de 2009

CUENTO DE NAVIDAD

Érase una vez que se era un lejano país en el que no había Navidad, sus habitantes vivían felices, se querían los unos y los otros, las familias estaban unidas, los niños jugaban alegramente por las calles, todo era paz y amor.
Y así transcurría la vida de este lugar cuando un buen día apareció un extraño personaje que, enseguida, se hizo un hueco entre sus gentes, preguntaba a unos y a otros sobre sus gustos, aficiones, anhelos, deseos, y se tiraba largas noches en el despacho de su casa recopilando los datos recabados y elaborando lo que parecían ser amplios informes.
Cuando ya creyó tener toda la información es cuando vió el momento de fundar una especie de organización que, según él, le daría al país una mayor felicidad y le equipararía en bienestar a los otros pueblos vecinos.
Para darle forma al proyecto, se hizo con el edificio más grande de la ciudad y lo tapó de arriba abajo con una gran tela pintada de triángulos blancos y verdes. Llegó el día de darse a conocer y convocó a todo el mundo delante de su sede, ansioso de ver lo que la gran tela se escondía.
Cuando ese momento llegó, la gente se quedó extrañadísima, no entendía nada, ni siquiera lo que significaba el nombre de la organización : EL CORTE INGLÉS.
Desde entonces, en ese país ya celebran la Navidad, no son más felices pero, sin embargo, huelen mucho mejor gracias a la infinidad de "líquidos aromáticos embotellados" que compran y les regalan.
B&B
PD.- Merche me dice que si quiero una colonia para Reyes, la miro, sonrío y pongo el punto final a esta entrada de blog.