Un hombre sale del trabajo, y en el trayecto a su casa se le aparece LA MUERTE que le mira con un rictus que él entiende de presagio. Se dirige veloz y asustado a su domicilio, hace una maleta de urgencia y huye a casa de su hermana en la otra punta del país.
Allí se instala sin contar el suceso, transcurre el día sin novedad, y al llegar la noche se dispone a irse a la cama cuando en el cuarto de baño se reencuentra de nuevo con LA MUERTE que le dice : "¡Ahora sí!, esta mañana habrás advertido en mí una cara de sorpresa, se debe a que hoy debía encontrarme contigo y te encontrabas a muchos kilómetros de tu cita conmigo".
Este chascarrillo (fatalmente contado) me viene a la memoria al escuchar por la radio la siguiente noticia : una señora brasileña se salva de morir en el accidente del avión 747 de AIR FRANCE porque, horas antes de cogerlo, le surge un imprevisto que le hace posponer su viaje. Días después viaja a Australia, sufre un accidente de tráfico con su coche y fallece.
La moraleja es obvia.
B&B
PD.- Merche, con el humor que la caracteriza, dice que la moraleja no es obvia, que es un sitio de pijos... ¡qué chispa!